Iberia. Geografía
III, Estrabón. Se adjunta este libro como mera curiosidad y
lo más natural será que el lector normal
solo lea las cincuenta y cinco primeras páginas, que son la introducción,
meritoria y breve, y la traducción. Luego es solo para helenófilos que dominen el griego
antiguo, pues el resto incluye el texto en esa lengua y un enlace para ver de dónde se copió. No es nuestro caso.
Bien, el volumen es curioso, pero ha sido tan
usado para extraer información que luego ha sido plasmada en novelas de
romanos, que no aporta mucho nuevo, excepto saber que tiene la singularidad de
haber sido reproducido abundantemente. Creo que en alguna parte, quizá la
memoria me falle, se menciona que los íberos se lavaban los dientes con pis y
los tenían más blancos que la cal. Esto debe ser por alguna ley natural,
parecida a le ley matemática de signos: menos por menos más, amarillo con
amarillo, blanco. No obstante, recuerdo,
si el paso de los años no me confunde tampoco ahora, que eso ya lo habíamos
leído en La guerra de Jugurta, de Salustio, autor más antiguo en el
tiempo, cuando nos lo hicieron leer de estudiantes. Y tras señalar que se
confirma que en aquella época los moros ya vivían en Maurosía
(mauro>mouro>moro), decir que el libro se escribió con información
recabada de otras fuentes. No obstante, al rememorar la efectividad de ese sencillo
método de higiene bucal, y por tener los dientes color de maíz de tanto tomar café y té, creo que vamos a
animarnos a coger el cepillo y a mojarlo
en ese dentífrico maravilloso…
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